Escucha, Kamala: Si arrojas una piedra al agua, se hundirá hasta el fondo por el camino más rápido.
Lo mismo ocurre cuando Siddharta se propone una meta. Él no hace nada más que esperar, ayunar
y pensar, y sin embargo, atraviesa las cosas de este mundo como la piedra en el agua, sin moverse
ni agitarse, sólo dejándose caer. Es atraído por su propia meta, pues no hay nada en su alma que
pueda ir en contra de su objetivo. Eso es lo que Siddharta aprendió con los samanas. Aquello que los
necios llaman magia y atribuyen a la acción de los demonios. Nada es obra de los demonios porque
estos no existen. Todos pueden hacer magia y alcanzar sus metas si saben pensar, esperar y ayunar.
Fragmento de Siddharta, Hermann Hesse
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