domingo, 8 de julio de 2012

Aquí


Despierto.
El reloj aún no ha sonado, me quedo mirándolo.
Espero.

Sonó el reloj, no me voy a levantar.
Puntual, como siempre, a la hora ya conocida
aparece la señal de que me has visto.
O eso es lo que siento.

Ante la señal mis ojos se desvían casi
más veloces que la luz y mi corazón
late y dispara más que una ametralladora.

Miro al suelo, hablas, respondo,
Miro al cielo, hablas, respondo,
Y de pronto estoy perdido, perdido
en la inocencia, ¿Qué importa la decencia,
la dignidad y toda esa porquería?

Si con nada, viene la alegría.
Y pasan los minutos, sin piedad.
Pasan y no me importa, se va el día.
Se va, y yo con él, me acompaña una
sonrisa inexplicable. ¿Dónde está
lo palpable?

No existe, ni lo invento. Solo siento.
Siento y no miento. ¡Es cierto!
Trasciende, es algo más que espiritual,
Cercano a lo fraternal, pero no, es más especial.

No pretendo, ni espero nada.
Ni un romance, ni una bofetada.
La noche, ahora silenciada, me arrastra consigo.
Desapareces, fugaz como una estrella.
Te sigo, me siento a tu lado.

¡No te asustes, no pretendo!
Tampoco muerdo, no padezco
enfermedad.
No deseo una tempestad.

¿Bailemos?
Como en un salón antiguo,como aquellos de antaño.
No hay gente, o si la hay,
no la vemos. Solo el baile, entre tu sonrisa desinteresada
y mis ojos serenos y cariñosos.

Hay espejos en las paredes.
¿Ves? somos felices.
Aprendices, viajeros.
Sin lazos, sin trazos.

Tu camino, muy distante al mío.
Tu vida transcurre paralela a la mía.
Una mariposa, ingenua y bondadosa.
Adolescente, con el corazón ferviente.

Mi camino, muy distante al tuyo.
Mi vida transcurre paralela a la tuya.
Una hoja en el viento, tranquila e inocente.
Más vieja, con el corazón imponente.

¿Es acaso matemático?
¿Está escrito también en el lenguaje primordial?
¿Se podrán intersectar, en algún lugar del infinito,
los caminos ya descritos, o los que aún quedan por andar?

No me importa.
Miro al suelo, hablas, respondo.
Los minutos pasan sin piedad, no me duele.
Siento, y no miento. Espero.

Vivo, canto y río.
Ni siquiera siento el frío.
Lo noto, y nuevamente sonrío.

Mañana estaré lejos, mañana
no te importará.
Mas si te encuentro nuevamente, ten
por seguro que te invitaré a bailar

1 comentario:

  1. Baila, baila hasta que tu alma se convierta en una hoja otoñal...es la única forma de caer lenta y suavemente...de disfrutar cada segundo, cada brisa, sabiendo que al final tocarás la tierra, pero qué más da? si ni siquiera los humanos pueden volar un segundo. Te amo :D

    ResponderEliminar