Elevo una plegaria a los dioses,
Sea cual sea su identidad o su nombre,
Para agradecer por el canto del viento entre las hojas,
Por los colores del amanecer y del ocaso,
Por mis hermanos,
Por el aire que respiro
Quisiera pedirles que labren mi templanza, para
forjar con ella la espada de la paciencia.
Que calmen las aguas de mis inquietudes
Para no sucumbir ante la incertidumbre.
Que permitan que la vida me sorprenda,
Manteniendo intacto lo que queda de inocencia.
Que me den la facultad de cultivar la diligencia,
Para cosechar de ella los frutos de la sabiduría.
Que la estrella de la buena fortuna alumbre
mis pasos, para ahuyentar a los demonios que
se esconden en mi oscuridad.
Que la soledad y el desamparo sean el pan
que alimenta mi amor y mis sonrisas
Con las rodillas en la tierra y mis ojos puestos en
los suyos, ruego que el canto de las aves sea el mediador
de mis palabras, y las lleve hasta donde estén.
Amén
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