Tu codo en la ventana,
Tu proyección en mi mente.
La muralla, ahora transparente,
Muestra tu brillo al morir la mañana.
Te pensé, y ahí estabas,
Como un cerezo en flor;
Radiante, efímera, hermosa,
Como abril y su suave calor.
Soñé con tu desgracia,
y en ella jugué a ser el héroe.
Por recompensa un beso tuyo,
Por tragedia el canto del gallo al alba.
La mañana estaba gris,
lejos ya de tu figura... mas
te pensé y ahí estabas, con tus
pasos cortos, firmes, y siempre segura.
¿Cuánto dista de la razón
la sinrazón que nubla mis sentidos?
Te pienso, estás, y río.
Rompo una vez más el cascarón.
Te busqué y ahí estabas,
con tu codo en la ventana.
Con tu proyección en mi mente,
Con tu brillo al morir la mañana.
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En el momento en que Eos se cansó de anunciar a su hermano
Comencé a buscar tu presencia, como a tientas.
Levanté mis ojos y te vi.
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