martes, 3 de julio de 2012

Sin Cadenas



Ophelia,
Helena,
Dama de las Camelias,
Alcmena.

¡Oh, Dulcinea!,
Escoge el que más deseas

Pues por gracia de la buena ventura,
Vuestros ojos y hermosura,
¡Oh, María!,
El sol saluda más brillante cada día.

Brilla y da calor,
Vuestra esencia junto al sol,
¡Oh, Evangeline!,
Haces ver la vida
Como si no tuviera fin.

Ese inmortal sentimiento,
Fluye como la hoja en el viento,
¡Oh, Julieta!,
Haces que en mi cielo
Bailen las cometas.

Bailan, a la par con las estrellas,
Cuán brillantes, cuán bellas,
¡Oh, Ana María!,
Las estrellas en la noche,
En la noche más fría.

La Luna se muestra llena,
Acompaña nuestros pasos
Grácil y serena,
¡Oh, Beatriz!,
La Tierra respira y
Nos une a su raíz.

Te respiro, vivo y siento,
Un efímero y eterno momento,
¡Oh, Yocasta!,
¿No comprendes acaso
Que, con que seas, basta?

Basta para un caballero,
Un monje, un viajero,
¡Oh, Desdémona!,
No pienses que lloro una pena.

Que corre por mis venas,
Diáfana y sin cadenas,
¡Oh, Ginebra!,
Una paz inefable,
Suave, sin tinieblas.

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